Los robots podrían mejorar las habilidades sociales de niños autistas
Investigadores de la Universidad Yale proponen usar robots para mejorar las habilidades sociales de los niños autistas a través de interacciones sencillas y potentes.
A grandes rasgos, el trastorno del espectro autista (TEA) engloba deficiencias en la comunicación social vinculadas a patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento. Aunque este trastornó se asocia a la niñez, esta condición acompaña a las personas durante toda su vida.
Con el fin de aminorar el impacto de los déficits provocados por el TEA, existen programas de educación especial que demuestran ser efectivos. Sin embargo, muchas de estas intervenciones resultan ser desgastantes para los niños, las familias y los especialistas. Al respecto, la terapia impulsada por robots sociales autónomos parece ser más sencilla y efectiva.
La alternativa robótica
La propuesta en estudio implicó una interacción de 30 minutos diarios entre el niño, un cuidador y un robot social autónomo durante un mes, en actividades de storytelling emocional, ejercicios de perspectiva y secuenciación.
A través de juegos interactivos, el robot modeló el contacto visual del niño y su atención a lo largo de las sesiones. En cada sesión el robot contó una historia con el objetivo de involucrar a los participantes. A continuación, mostró los juegos interactivos y finalmente los cuidadores evaluaron las habilidades sociales del niño mediante una encuesta.
La relación con el robot propició compromiso y modeló las habilidades sociales positivas. En general, los doce niños mejoraron las habilidades de atención con los adultos cuando no estaban en presencia del robot.
El robot utilizado en el estudio, creado por Jibo Inc., exhibe comportamientos expresivos a través de movimientos corporales, luces de colores y ojos animados; interactúa verbalmente a través de bocinas internas y presenta el contenido educativo en una pantalla táctil.