Los más pobres, con menos educación y las mujeres tienen las mayores brechas digitales en Chile
Los resultados preliminares del Barómetro de Brecha Ciudadana Digital 2021 arrojaron que en Chile las personas de bajos ingresos, quienes tienen menores niveles educacionales y las mujeres presentan mayor brecha a la hora de acceder a ciertos servicios digitales como teletrabajo, educación en línea y trámites virtuales del Estado, de salud o de comercio electrónico.
Por ejemplo, existe una correlación lineal entre menores niveles de ingresos y mayores grados de dificultad para el uso de todos los servicios analizados.
Lo anterior sobre todo en el caso de personas con un nivel de ingresos mensual por debajo del octavo decil per cápita, o menor a los $352.743 al mes, versus el segmento de participantes en la encuesta que tienen un ingreso mensual sobre $611.729.
En cifras, por ejemplo, las diferencias en teletrabajo fueron de 86% versus 68%.
Una situación parecida se observó en el ámbito de la educación en línea (87% versus 64%), trámites virtuales del Estado (80% versus 55%), trámites virtuales de salud (83% versus 57%) y comercio electrónico (85% versus 50%).
Las cifras también arrojaron que el 77% de las mujeres presentaron mayores dificultades para acceder a estos servicios en comparación con los hombres (61%).
Las diferencias en la dificultad de acceso entre hombres y mujeres por servicio son evidentes: teletrabajo (82% versus 66%), educación en línea (82% versus 65%), trámites virtuales del Estado (71% versus 60%), trámites virtuales de salud (74% versus 62%) y comercio electrónico (74% versus 53%).
La digitalización es importante, pero en Chile esta enfrenta severos problemas
A pesar de las problemáticas que puedan tener en el acceso a servicios digitales, los encuestados en general consideran de suma relevancia el aporte de la digitalización.
Ante la pregunta ¿qué valor o aporte tiene para usted la digitalización y/o poder aprender a digitalizarse?, el 74,41% de la muestra consideró que esto tiene un “alto valor” (el grado más alto de la escala de valoración).
En el caso del teletrabajo, la mayoría de las respuestas de estos apartados dan cuenta de una dura realidad.
Así como las empresas no estaban preparadas para poner en marcha el teletrabajo ni los centros educativos para volcarse de lleno a la educación en línea, los hogares tampoco lo estaban para incorporar dichas actividades en su día a día.
Los encuestados hablaron de dificultades de conectividad, tanto en lo que respecta a la carencia de dispositivos como a la calidad de las redes, con conexiones hogareñas muy por debajo de las corporativas.
Además, los entrevistados alertaron que la estabilidad de ellas decae al ser compartida por varios miembros del hogar.
En la encuesta se detectó que incluso había casas en zonas con carencia de servicios de energía eléctrica.
En el caso de las madres que estudian, estas hicieron referencia al doble rol (estudio más cuidado y labores del hogar), mientras que las que trabajan hablaron de los momentos en que las clases se “topan” con el teletrabajo.
En estos casos, el barómetro concluyó que se prioriza el trabajo por sobre la educación.
El estudio también determinó que hablando del hogar moderno en pandemia, este lugar se convierte en una zona asociada al estrés y se pierde la conciliación familiar.
Es decir, el espacio que antes era destinado para el descanso y a compartir en familia hoy se usa para trabajar y estudiar. La principal consecuencia es una salud mental deteriorada.
“Preocupante”
La medición, creada por el Observatorio Iberoamericano de Comunicaciones Digitales (OCD), fue realizada entre enero y abril por la Subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel) en conjunto con la Universidad Adolfo Ibáñez y Con@cción.
Ante los resultados del sondeo, la subsecretaria de Telecomunicaciones, Pamela Gidi, afirmó que la brecha existente en el caso de las mujeres “es preocupante porque la pandemia está generando enormes consecuencias para las mujeres de todo el mundo”.
“Chile no ha sido la excepción, ya que las brechas pre pandémicas existentes se han agravado y amenazan con ampliarse aún más”, enfatizó.
Por ello, afirmó que el Gobierno está desplegando iniciativas para hacerse cargo de la brecha digital que afecta a usuarios locales.
Así, mencionó la implementación de redes fijas de alta velocidad, como los proyectos fibra óptica nacional, fibra óptica austral y última milla; y las redes móviles de última generación, como será el despliegue de 5G con las contraprestaciones sociales que beneficiarán a 366 localidades del país.
“Todo esto está incluido en nuestro acuerdo nacional por la conectividad para reducir la brecha digital, compromiso con la industria que considera inversiones por US$2 mil millones”, comentó Gidi.
“La ciudadanía comprende, requiere y demanda inclusión digital, por lo que analizar a fondo estos temas permite avanzar en el desarrollo de iniciativas que ayuden en aspectos como la reducción de pobreza, el acceso a la educación, el trabajo y la salud, para movilizar, de forma activa, el desarrollo sustentable (ODS) e inclusivo de los ciudadanos”, indicó por su parte Arturo Alba, académico de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez.
“Esta medición nos da la posibilidad también de priorizar y establecer desafíos en las distintas áreas en donde la digitalización ha llegado para quedarse”, cerró.