Filosofía y Actualidad Educativa
Comparto con ustedes un documento elaborado por mis amigos profesores Cristian Daza Viera y Gabriel Solis Silva. El texto es el siguiente…
La polémica está lanzada el Mineduc está estudiando la posibilidad de sacar el subsector de Filosofía del curriculum nacional. Y dejar esta disciplina como asignatura electiva, también incluirla –en lo que aún no se implementa- formación cívica. La gente se pregunta ¿van a matar a la filosofía en Chile? La ciudadanía, los escolares, padres y apoderados, algunos expertos, los intelectuales, las redes sociales, reaccionaron rechazando tal medida, con los más variados argumentos. De acuerdo a este entramado estos van en la siguiente línea: La filosofía es por excelencia una disciplina que ayuda a pensar, reflexionar, desarrollar el pensamiento crítico, ella nos da una visión de mundo, es una actitud que nos permite pararnos frente a la realidad. La filosofía se riñe con el consumo, ella es una forma de buscar sin una garantía de hallar ni de obtener, nos brinda autonomía de pensamiento, ella surge de un interés por lo desinteresado. Condenable en una sociedad neoliberal – consumista. La filosofía es una manera de mantener la ingenuidad de la niñez que interroga, cuestiona, critica. En una sociedad de las prisas, del ruido y la falta de tiempo, Condenable. ¿Estamos frente a la irrupción cada vez más triunfante de una educación basada en la codicia y no en la libertad? Todos se preguntan a coro.
- ¿Cuáles son las causas que pueden llevar a personeros del Ministerio de Educación a estar “pensando” en eliminar filosofía de la enseñanza media obligatoria?
- ¿Qué supuestos subyacen en una idea como esta?
- ¿Bajo qué parámetros podría ser beneficioso que los jóvenes de nuestro país no tuvieran el subsector de filosofía?
No es fácil meterse en la cabeza de las personas. No obstante, tratemos de responder a estas preguntas.
Detrás de una idea como esta nos encontramos con una línea epistemológica importante. Para el Operacionalimo – Empirismo Lógico – Logicismo, es una preocupación fundamental de la ciencia poder establecer criterios formales, para distinguir la ciencia de la pseudociencia. Criterios claros y distintos, que se puedan aplicar sobre un campo de saber para obtener una decisión, criterios que estén apoyados, en lo posible, en las certezas de la lógica (Pérez 1998) Para W. Bridgmann solo habría ciencia de lo medible. Científico es el que hace mediciones. En un mundo como este son un problema la felicidad, la justicia, el placer, la belleza. Todos temas de la filosofía. En un mundo operacionalizado matemáticamente los filósofos son un puro bla – bla
“Los filósofos creen que tienen un gran problema y en realidad lo que pasa es que no han definido completamente su términos y de esa ambigüedad surge la apariencia de que hay un problema. Los filósofos no se ponen de acuerdo nunca porque nunca están hablando de lo mismo. Los matemáticos, en cambio, se pondrían de acuerdo siempre, y la diferencia tendría que ver con la formalidad del lenguaje” (Pérez 1998. Sobre un concepto histórico de ciencia)
Es notable la influencia de una postura como esta en Chile. En un sistema educativo regido por pruebas estandarizadas no resulta extraño que ahora se pretenda sacar filosofía del curriculum.
En educación en los años 80s se implementó en EEUU e Inglaterra –con los gobiernos de R Reagan y M. Thacher- una política tecnocrática y empresarial en educación y un ataque sistemático a la educación pública. Las escuelas se moldearon como pequeñas empresas. Este modelo también fue implementado en Chile. Bajo la dictadura de Pinochet carreras como filosofía o sociología estaban absolutamente cercenadas y fuertemente controladas sus curriculum en las universidades. En el año 2001 G. Bush firmó en EEUU la ley que regulaba la educación primaria y secundaria de ese país, más conocida como “Que ningún alumno quede rezagado”. Entre otras cosas esta ley obliga a poner un gran esfuerzo y energía en las asignaturas que se miden. Y obviamente quedan en desmedro las que no. Resulta claro la relación de esta ley con las políticas implementadas en Chile. El problema es que en colegios pobres, con niños con escaso capital cultural, con familias vulnerables, se reducen asignaturas como filosofía, arte, música, con el fin de obtener buenos resultados en pruebas como el SIMCE. Al disminuir las horas de estas asignaturas lo que se hace en el fondo es empobrecer la educación integral de esos niños pobres. Que filosofía se quede fuera del conocimiento de los jóvenes es una muestra de una mentalidad neoliberal – tecnócrata y conservadora de quienes pretenden hacerlo. Medidas como esta solo favorecen a las elites de este país. No se trata de defender a la filosofía porque sí, o de defender a la filosofía compitiendo con otras disciplinas. Se trata de defender una visión de país y de educación, un concepto de hombre, una sociedad futura.
Se nos ha dicho que filosofía no queda fuera del curriculum ya que va a ser parte de las asignaturas electivas. Este argumento casi no resiste el menor análisis por su pobreza e irrealismo. Un ejemplo de ello, en educación de adultos filosofía dejó de ser obligatoria hace algunos años, y pasó a ser electiva. Pregunten cuántos de estos colegios tienen la asignatura en sus aulas. Es claro que en una educación de mercado como la nuestra, los sostenedores no son personajes altruistas que quieren la formación integral de sus estudiantes – aunque lo declaren en sus proyectos educativos- y no contratan profesores de filosofía, simplemente se ahorran las lucas. Punto.
También se ha dicho que ella no desaparece del todo porque va a estar integrada en una asignatura que aún no se implementa en ninguna parte llamada Formación Cívica. Sin comentarios.
FILOSOFIA Y SUBJETIVIDAD
Soy profesor de filosofía hace veinte años. Estudie filosofía gracias a la gran influencia de mi profesora la sra. María Eugenia Amigo, en el liceo A-28 de Temuco, entre los años 1983 y 1986. Junto a otro compañero fuimos premiados por mejores promedios durante 3° y 4° medio (6.9). Lo que más recuerdo de ese tiempo fue que pude encontrar en distintos pensadores las respuestas a las preguntas que me asaltaban y los fundamentos sólidos para mis acciones.
Después me fui a estudiar pedagogía en filosofía a Valparaíso (U. Playa Ancha), allí conocí a otros estudiantes que ampliaron aún más el abanico de posibilidades de filósofos y autores desde donde se podía analizar la realidad y actuar sobre ella.
En los autores, estudiantes, profesores y académicos encontré siempre y sigo en ese camino el agua que calma la sed de la vida que nunca deja de asombrarte. La filosofía efectivamente te ayuda a plantearte preguntas relevantes y lo que es más importante a encontrar respuestas, por supuesto, racionales y razonables a la tanta veces porfiada realidad. Te ayuda a esclarecer tu posición ético-moral frente a los demás y a la vida. Te ayuda a evitar que te metan el dedo en la boca o en el culo sobre todo aquellos que tienen el poder (político, económico, religioso, tecnológico) y que por ningún motivo lo van a soltar. La filosofía permite mantener la dignidad básica del hombre, la de no venderse por unas falsas promesas a embaucadores de la plaza pública, hoy sobre todo a los del mercado.
Como estudiante universitario pobre, -siempre trabaje para poder vivir- y eso está muy bien porque aprendí en la práctica que es el trabajo lo que constituye al ser humano. Use también un crédito en esos años fiscal y alguna beca de almuerzo. Bien pues años y años después como nunca tuvo un horario de clases de más de 20 horas, nunca pude pagar el famoso crédito. Hace más de 20 años que tengo esa deuda. Gracias a un político que estudió gratis o era de una familia de la élite, las deudas de crédito fiscal, o crédito universitario no prescriben. Somos, -porque hay varios en esa situación- los eternos deudores del sistema.
Como si fuera poco hoy se nos expropia nuestros años de estudio, de esfuerzo, de trabajo, nuestra entrega a un sistema que aún cuando no lo compartíamos, hacíamos igual la pega, porque era nuestro deber ético profesional especialmente para con los estudiantes más pobres, vulnerables dicen hoy.
Los especialistas, expertos, sesudos y “visionarios” del ministerio de educación, en algún momento han pensado en los seres humanos que están desechando, en las familias a las que dejan sin una parte de sus ingresos?, les importa en alguna mínima medida las personas que están detrás de las funciones. Tal vez ellos no tuvieron filosofía en sus ciclos académicos, porque su filosofía “oculta” es la ya conocida de producir, rendir, para hacer funcionar el sistema.
Cristián Daza Viera
Gabriel Solís Silva
Profesores de Filosofía.