¿Es posible un colegio sin notas? Así funcionan en Chile y cómo se debería aplicar en otros establecimientos
¿Te imaginas el fin de los rojos? La nota bajo cuatro podría desaparecer tras el proyecto de ley del senador Jaime Quintana que busca eliminar las calificaciones entre primero y cuarto básico en los establecimientos del país.
La idea, que será analizada por el Ministerio de Educación, puede parecer radical. Sin embargo, en algunos colegios de Chile y en otros países ya se aplica esta medida que apunta a terminar con la estigma de la calificación y centrarse en los procesos educativos.
Pero ¿cómo se puede medir el procesos sin notas? Alejandra Arratia, directora ejecutiva de Educación 2020, asegura que está a favor de la medida propuesta y explica el modelo que se puede utilizar para suplir las calificaciones.
“La evidencia en el mundo propone que en el primer ciclo la evaluación sea más una descripción por parte los profesores más que una calificación, ya sea una nota, una carita feliz, lo que sea”, explica Arratia.
De esta manera, lo que el proyecto propone es que se avance hacia un proceso de descripción más cualitativa sobre el aprendizaje. En esta línea, asegura Arratia, es que si el sistema necesita notas para los procesos administrativos, “se podría establecer a fin de año una nota de consenso luego de que el alumnos fuese evaluado todo el año a través de procesos descriptivos”. Además, la directora ejecutiva asegura que hay que terminar con el mito de que tiene que haber una cierta cantidad de notas al año según horas lectivas.
Experiencia en Chile
En marzo de este año, el Liceo Experimental Manuel de Salas, anunció que eliminaba las notas para primer y segundo básico y que extendería los recreos en quince minutos.
El nuevo formato se centra en lo que el estudiante logró, aquello que está por lograr y lo que no ha logrado. Esto se organiza a través de rúbricas y un registro de observaciones con lo que se puede decidir el paso de nivel del alumno.
Otra de las técnica que se utilizan es la participación activa de los apoderados, a través de entrevistas. Todo para lograr una retroalimentación efectiva del aprendizaje de los alumnos.
Otro de los establecimientos que no utilizan notas para medir a sus alumnos son aquellos que aplican la pedagogía Waldorf. En estos establecimientos se privilegia el trabajo diario a través de tareas, investigaciones, proyectos en la media, presentaciones de distintos tipos, realización de trabajos, informes de lectura, ensayos, entre otros.
Una vez terminado el año académico, los profesores realizan un informe sobre cada alumno, en el cual dan cuenta del aprendizaje. “No hay notas, pero hay niños(as) y jóvenes con las instancias para desarrollarse de sí mismos”, asegura la institución.