Educación 2020 se instala en Antofagasta para fortalecer el derecho a la educación de migrantes
Según datos del Departamento de Extranjería y Migración, Antofagasta es la segunda región con mayor cantidad de extranjeros después de la Metropolitana. Evidentemente, este fenómeno también ha llegado a las escuelas, donde la cantidad de estudiantes provenientes de otros países ha aumentado un 310% en los últimos cinco años.
Este escenario plantea importantes desafíos, sobre todo en las escuelas. Como lo hemos dicho, el sistema educativo ya tiene una deuda pendiente con la calidad educativa, que incluso se profundiza en el caso de los estudiantes de origen migrante, principalmente por temas de acceso, idioma, convivencia y contenidos curriculares.
¿Qué hacer frente a esto? En los próximos días, equipo de Educación 2020, con apoyo de la Unión Europea, comenzará la implementación del proyecto “Fortalecimiento del derecho de la comunidad migrante a una educación de calidad” que, con la participación de las comunidades de 15 escuelas y la sociedad civil local, espera definir una hoja de ruta que oriente una política pública nacional.
“Abordar esta temática es clave para el desarrollo de una sociedad más justa y esperamos que este proyecto sea un aporte, sobre todo porque aborda esta realidad de manera integral. Tiene cuatro líneas de trabajo bien diferentes entre sí, pero muy interrelacionadas, que nos permiten acercarnos al fenómeno educativo desde una mirada bien completa”, señaló Loreto Jara, investigadora de Política Educativa de Educación 2020.
Líneas de acción
La primera línea de acción es la sensibilización de la ciudadanía, donde comunicacionalmente se instalará la importancia de la valorización de la diversidad, a través de distintos canales. Paralelamente, iniciará un trabajo con 15 comunidades educativas de las tres comunas de la región de Antofagasta, para empoderarlas en el tema a través de la entrega de herramientas pedagógicas.
“El tema migratorio se trata principalmente desde la convivencia escolar, pero tenemos la intención de que el desarrollo de herramientas esté más vinculada al currículum (…). Es importante que se reconozcan los saberes que traen estudiantes del extranjero en las aulas y se aproveche la diversidad cultural, poniéndola en función del aprendizaje de todos y todas”, dijo Jara.
Reconociendo el rol de los jóvenes en los cambios sociales, la tercera línea del proyecto contempla un programa de formación de líderes que impulsen cambios en materia educativa. Una acción que también de la mano con la conformación de una red intersectorial por la educación de calidad para estudiantes migrantes y una plataforma web donde todos y todas podrán presentar sus propuestas para la región.
“Creemos que este proyecto tiene el valor de articular distintos componentes e involucrar a toda la ciudadanía. Generalmente, el fenómeno migrante en la educación se aborda desde el garantizar que el o la estudiante entre al sistema escolar, pero eso resuelve sólo la primera parte del problema. Necesitamos que entiendan lo que está pasando en la sala, que tenga sentido, y esto requiere que sea abordado de una manera más amplia”, enfatizó la investigadora de Educación 2020.